Historia y orígenes de Carruseles Ortega

carruseles ortegaLos orígenes de nuestra compañía se remontan al año 1932, fecha en la que José Ortega, feriante de profesión, decide dar un giro radical a su vida e importó de Estados Unidos con la colaboración de un socio lo que para entonces se llamaban "ruedas de caballitos".

Tras dos años de sociedad conjunta decidieron separar sus caminos. Es por ello que Pepe se quedó con la rueda de tres filas y los espectaculares bancos de talla, conocidos todos ellos como "Caballitos Ortega". "La Reina", una de nuestras primeras atracciones, anduvo unos años más por las ferias y hoy en día creemos que se encuentra en el Parque de Atracciones de Madrid.

Conocidos ya por toda España, los Caballitos Ortega han estado presentes en las ferias más importantes del país, sobre todo de la zona norte, como Santander, Valladolid, Burgos, Palencia, Castellón, Torrelavega, Bilbao..., lugares donde han dejado un recuerdo imborrable en los niños.
A principios de los años 50 la empresa ya disponía de camión propio, algo inusual en aquellos tiempos difíciles, y de un remolque caravana, donde se transportaban con mayor seguridad los caballos de madera tallada y su delicada decoración.

Cuando fallece el creador de la empresa, Pepe Ortega, su hijo Luis es quién continúa con el negocio familiar. Éste aprovecha para remodelar las instalaciones, renovar luces, mejorar la decoración... y, en definitiva, se adapta a los nuevos tiempos sin perder el estilo clásico que les hace diferentes al resto de compañías.

La avanzada edad de Luis Ortega le ha llevado a trasladar la dirección de la empresa a la tercera generación de la familia, en este caso a su yerno, Juan Carlos Clemente, que es, desde hace 7 años el propietario y gerente de CARRUSELES ORTEGA, S.L., empresa dedicada a la explotación y alquiler de atracciones de feria.

Con la única finalidad de ofrecer un mejor servicio, CARRUSELES ORTEGA se ha reforzado con la adquisición de una atracción que es casi de fantasía: una rueda de dos pisos de estilo clásico, que despierta admiración en todos la que la contemplan.